De entre tantos títulos atribuídos a la Vírgen María a lo largo de los siglos, hay uno de profundísimo significado: María fiel. María fue fiel ante todo, cuando por amor, inició su búsqueda del sentido profundo del designio de Dios en Ella y para el mundo. ¿Cómo sucederá esto? preguntó al ángel de la Anunciación. Es la pregunta a la que solo Dios puede dar una respuesta, o mejor dicho, a la que solo Dios es la respuesta. !Hágase!, !Estoy lista!, !Acepto!;: este es el momento crucial de la fidelidad de María. Pero el "Fiat" de María en la Anunciación encuentra su plenitud en el "Fiat" que silenciosamente repitió al pie de la cruz. Ser fiel significa no traicionar, en la oscuridad, lo que se aceptó en la luz.
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