La
FE
Oscar Montañez
La fe es, generalmente,
la confianza o creencia en algo o alguien. Puede definirse como la aceptación
de un enunciado declarado por alguien con determinada autoridad, conocimiento o
experiencia, o como la suposición de que algo reflexionado por uno mismo es
correcto, aunque falten pruebas para llegar a una certeza sobre ese algo. Las
causas por las cuales las personas se convencen de la veracidad de algo que
aceptan por fe, dependerán de los enunciados filosóficos en los que las personas
confían y de otros aspectos de tipo emotivo o cultural. La palabra “fe” puede
también referirse directamente a una religión o a la religión en general.
La
Fe según la Biblia. Es un concepto judío que se deriva de
la palabra hebrea “emuha” que significa
tres cosas: firmeza, seguridad y fidelidad. Esta es la definición de Fe en la
Carta a los Hebreos: “La Fe es la certeza de lo que se espera y la evidencia de
lo que no se ve” (Heb.11:1).
Fe
(Revelación Divina). Fe, del latín, “fides” significa, confiar, creer. Es en la terminología religiosa
“el sentimiento firme de la voluntad a una verdad basada sola y únicamente en
la revelación divina”.
También, puede ser
definida como la adhesión del entendimiento a una verdad por la autoridad de un
testimonio. Implica por tanto un componente intelectual, ya que la fe no es un
consentimiento, sino un asentimiento y considera un motivo específico.
Para el catolicismo, la
fe es la respuesta del hombre a Dios. Que se revela y se entrega a Él, dando al
mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su
vida.
La fe teológica es una
virtud sobrenatural por la cual creemos ser verdadero lo que Dios ha revelado,
no por la verdad intrínseca de las cosas a la luz de la razón, sino por la
autoridad de Dios, y que la Iglesia propone. Por la fe “el hombre se entrega
entera y libremente a Dios”. Por eso el creyente se esfuerza por conocer y
hacer la voluntad de Dios. “El justo vivirá por la fe” (Rom. 1:7).
El discípulo de Cristo
no debe solo guardar la fe y vivir de ella sino también profesarla,
testimoniarla con firmeza y difundirla. “Todos vivan preparados para confesar a
Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la Cruz en medio de
las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia”. El servicio y el testimonio
de la fe son requeridos para la salvación: “Todo aquel que se declare por mí,
ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los
cielos, pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi
Padre que está en los cielos. (Mat, 10,32-33).
El misterio central de
la fe y de la vida cristiana: Los cristianos somos bautizados según la fe de
nuestros padres en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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